Teletrabajemos sin olvidarnos de la ergonomía

Así, casi sin darnos cuenta, han pasado 12 días desde que se decretó el confinamiento en nuestras casas a fin de reducir la expansión del contagio del coronavirus covid-19.

Como consecuencia de dicho confinamiento algunas personas, por nuestro tipo de actividad laboral, hemos tenido que aplicar en nuestras casas el principio de teletrabajo. De esta manera, aun sin estar preparados, hemos podido continuar  con nuestras jornadas de trabajo.

Llevábamos mucho tiempo oyendo el concepto de este modelo de trabajo. Muchas empresas empezaban a darle vueltas a la idea, aunque fuese en un primer estadio, sobre si podría ser factible para su organización. Como podría implantarlo, ventajas, inconvenientes,…

Y de repente, sin previo aviso y sin planificación, nos encontramos inmersos en nuestro “nuevo” lugar de trabajo. Y, como suele ser habitual, nos enfrentamos a la antítesis del propio concepto de la ergonomía. Es decir, que en lugar de adaptar el entorno de trabajo a las personas que lo ocuparán, nos tenemos que adaptar nosotros a la realidad de nuestro propio hogar:

“Donde encuentro un lugar en mi casa para teletrabajar”

Es verdad que desde el mismo día 15 de marzo hasta hoy hemos podido ver publicados en diferentes medios consejos suficientes y adecuados para intentar adaptar nuestro nuevo/provisional espacio de trabajo.

Mi intención no es volver a repetir dichos consejos. Prefiero indicar, desde la experiencia vivida tanto en estos días como con anterioridad, como intentar llevar la ergonomía a las características reales de nuestro hogar. No se parecen en nada a nuestra oficina, ¿Verdad?.

Un poco de ergonomía, por favor

A continuación intentaré responder a las preguntas que nos han surgido:

¿Y dónde me pongo a trabajar?.

La respuesta es clara, buscaremos una mesa con unas dimensiones mínimas, que normalmente serán la mesa de la cocina o la del salón.

Si tenemos una habitación que disponga de mesa de estudio, también puede sernos útil, pero es posible que la necesite nuestro hijo/a para teleestudiar.

¿y que silla utilizo?.

Aquí es donde surge el primer gran problema. Lo más seguro es que no dispongamos de una silla como la de nuestro trabajo con cinco puntos de apoyo, ruedas, regulable en altura, reclinable, con apoya codos,… (eso sería magnífico). Tendremos que echar mano de lo que tengamos en casa, a saber, sillas de cocina, sillas de comedor, taburetes,…

De tener que elegir, mejor una silla que disponga, tanto la base del asiento como el respaldo, de una superficie acolchada. En caso contrario, sería conveniente acolchar la superficie de apoyo mediante algún cojín que no se deslice.

Eso si, es importante tener en cuenta que en estos casos, tendremos que aplicar descansos cada menos tiempo levantándonos de la silla, con el fin de evitar problemas musculo esqueléticos.

 

¿Y cómo dispongo el material en la mesa para poder trabajar?.

Es frente a esta pregunta donde puede surgir la mayoría de las complicaciones. Ante todo, debemos procurar mantener unos criterios mínimos de distancias a los objetos a utilizar y espacio de trabajo siguiendo lo indicado en el dibujo anexo.

 

A partir de ahí, aproximarnos a los siguientes principios:

  • Pantalla

    A poder ser, independiente del teclado y al menos a 50 cm de distancia de los ojos.

    • ¿Qué pasa si tenemos un portátil?.
      • A falta de pantalla independiente, debemos buscar la manera de elevar la altura de la pantalla del portátil hasta que el borde superior se encuentre por debajo del nivel de nuestros ojos. Puede ser muy práctico hacernos con un útil como el de la imagen que, además, hace que nuestro portátil ocupe poco espacio sobre nuestra mesa.

 

  • Teclado y ratón

    • deberíamos hacernos con un teclado y un ratón independientes, sobre todo si disponemos de portátil. Puede ser con cable o, mejor, inalámbricos, con el fin de tener una mayor sensación de orden en nuestro pequeño espacio.
  • Otros periféricos

    • Impresora (en caso de disponer y ser necesaria). Deberíamos tenerla fuera de nuestra mesa de trabajo (mejor en el suelo) o solamente disponer de ella cuando necesitemos imprimir alguna cosa para, posteriormente, retirarla de la mesa.
  • Apuntes, documentos, libros,…

    • para consultar o transcribir información al ordenador: evitar ponerlos en el espacio disponible entre el borde de la mesa y el teclado, siempre mejor detrás.

No nos debemos olvidar de una adecuada iluminación uniforme (bien sea por iluminación artificial o por trabajar cerca de una ventana). Debemos evitar sombras o deslumbramientos (por reflejos o por trabajar a contraluz).

Por último, recordar que, como es difícil que consigamos que nuestro puesto de teletrabajo se asemeje a un puesto de oficina, es importante insistir en cambiar la postura de trabajo cada poco tiempo. Esto lo conseguiremos poniéndonos de pie, volviendo a sentarnos, dando un paseo por el entorno de la mesa mientras mantenemos una conversación telefónica,…

No olvidemos integrar, dentro de la jornada de trabajo, una serie de estiramientos (5 minutos al mediodía) encaminados a reducir la sobrecarga muscular.

Cierto es que podríamos considerar otros factores a tener en cuenta (condiciones ambientales, organización de la jornada o flexibilización cuando tenemos niños en casa “tele-estudiando”, factores psicosociales,…), aunque mejor dejarlo para otro capítulo.

Y recuerda, ¡Mejor, quédate en casa!. buen trabajo.

Ergónomo. Técnico de PRL

2 comentarios sobre “Teletrabajemos sin olvidarnos de la ergonomía

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