Netflix no tiene una política de vestimenta, sin embargo, nadie ha ido a trabajar desnudo. La lección es que no se necesitan políticas para todo. La mayoría de las personas entiende los beneficios de usar ropa en el trabajo.
Netflix es uno de los principales distribuidores de Hollywood y uno de los mayores productores de contenidos audiovisuales. No deja de sorprender que una empresa novel, fundada por un cliente insatisfecho con su tienda de alquiler de vídeos, le haya podido comer la tostada a auténticos pesos pesados de la industria como Disney, Warner o CBS, mejor posicionadas, y en la actualidad claramente a rebufo.
¿Cuál es el secreto de su éxito?
Oportunidad, adaptación, creatividad, innovación.
Netflix ha sabido entender que tan importante es el “qué” como el “cómo”. Por eso, sus esfuerzos han ido dirigidos por igual al desarrollo de un amplio catálogo (incluyendo contenidos propios) y al perfeccionamiento de la tecnología de streaming, en un proceso constante de innovación. Además, ha puesto una gran lupa, deliberada y estratégicamente, al otro lado de la pantalla, desplegando una estrategia de posicionamiento basada en la personalización de contenidos y en un sistema de recomendaciones al usuario muy efectiva.
Si, si, pero ¿cuál es el secreto de su éxito?
Visión de la oportunidad, capacidad de adaptación, potencial innovador, creatividad. Muy bien, pero ¿esto cómo se hace? No por casualidad, sin duda. Como en otros casos similares, Google o Amazon por ejemplo, su cultura organizacional es uno de los pilares fundamentales.
Alto rendimiento: Netflix tiene por bandera la alta productividad y la efectividad en el trabajo. Está en un sector muy volátil, competitivo, y con unos usuarios que no perdonan una. Por eso, el desempeño de sus trabajadores no se mide por el número de horas trabajadas, sino por su capacidad para lograr grandes resultados. Esto asegura una cultura de libertad, responsabilidad, autodisciplina y creatividad.
Huyendo de las reglas: este rasgo cultural se basa en la idea de que las reglas conducen a la rigidez del negocio, lo que reduce la capacidad de respuesta a los cambios del mercado. El mercado global de transmisión de contenido digital a demanda implica cambios frecuentes en las tecnologías y las preferencias de los consumidores. Al evitar las reglas en su cultura corporativa, Netflix mantiene la flexibilidad empresarial y permite a su organización adaptarse y garantizar la satisfacción del consumidor.
Autonomía: el modelo de Netflix busca potenciar la libertad de los trabajadores. Los gerentes proporcionan la estrategia, asignan metas, definen indicadores y brindan feedback; más allá de esto existe libertad en cuanto al cómo, y se invita a trabajar de la manera en la que se sientan más cómodos.
Conciliación: en línea con lo anterior, trabajadores y gerentes tienen autonomía sobre la regulación del equilibrio entre la vida laboral y la vida personal. No existe una política de vacaciones y no se realiza un seguimiento del tiempo libre.
Toma de decisiones independiente: se motiva a los colaboradores a desarrollar enfoques personalizados para resolver desafíos en sus trabajos (y en el propio negocio). Como resultado, se promueve la iniciativa y la innovación, mejorando la ventaja competitiva de la empresa, lo que asegura su crecimiento y supervivencia.
Efectividad en la comunicación: la información se intercambia de forma abierta, amplia y deliberada. Como negocio on-line que depende de ideas innovadoras y datos sobre las tendencias del mercado y del consumidor, la empresa impulsa la difusión efectiva y eficiente de información, a todos los niveles, para guiar las decisiones estratégicas y las iniciativas de gestión. Este factor cultural corporativo motiva a los trabajadores a comunicarse abiertamente sobre sus problemas relacionados con el trabajo, lo que facilita soluciones óptimas.
Sinceridad extraordinaria: es un rasgo de la cultura organizacional que alienta a los trabajadores a mantener una actitud general de sinceridad y objetividad. Esta extraordinaria franqueza se refiere no solo al intercambio de información, sino también a la percepción de los empleados sobre otros trabajadores, la organización de Netflix y la industria en general. La cultura corporativa de Netflix facilita la objetividad en los comportamientos de los trabajadores, tanto en las redes locales (trabajo en equipo) como en las redes complejas (operaciones multinacionales). Para abordar esta característica de la cultura organizacional, la administración de recursos humanos tiene estrategias y programas para motivar a la fuerza laboral a adoptar esta actitud en sus interacciones sociales en el lugar de trabajo.
Desarrollo profesional: en Netflix no existen planes de carrera ni otro tipo de programas formales. Los empleados crecen rodeándose de colegas competitivos y afrontando grandes desafíos. Su desarrollo se logra a través de la experiencia, la observación, la lectura y la discusión.
Las evaluaciones de desempeño consisten en revisiones informales 360, y se espera que los gerentes tengan conversaciones continuas y honestas con los empleados como parte orgánica del trabajo.
El salario, también: los trabajadores eligen su compensación económica, que tiene menos que ver con sus títulos académicos y más con lo que pueden hacer. En cualquier caso, la mentalidad en Netflix es pagarles más de lo que lo haría otra compañía, o lo que estarían dispuestos a pagarles para evitar que se fueran a otra empresa de la competencia, teniendo en cuenta además lo que costaría un reemplazo.
NETFLIX: Valores reales
En Netflix lo importante no son los valores, sino los comportamientos; los valores son intenciones, los comportamientos son hechos. Tal y como declara en sus principios culturales “muchas compañías tienen declaraciones de valores, pero a menudo estos valores escritos son difusos o se ignoran. Los valores reales de una empresa se muestran por quién es recompensado y por quién se deja marchar”.
En psicosociología laboral, en muchas ocasiones no es necesario implementar grandes innovaciones, a veces basta con deshacerse de aquellas pequeñas costumbres que frenan y limitan el crecimiento y la productividad de las personas.
Por cierto, ¿tiene tu organización una política de vestimenta?
